Aunque no hay datos oficiales, Asaja y Upa sitúan el aumento en un 20% el aumento de la superficie del almendro, un crecimiento que esta última organización agraria cuantifica en 100.000 nuevas hectáreas para situarnos en las 600.000. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro
El interés por este cultivo ha llegado también a las grandes empresas comercializadoras de frutos secos. Primero fue el Grupo Delaviuda el que anunció la plantación de 2.000 hectáreas de almendro y hace apenas unas semanas Borges saltaba al Mercado Continuo en busca de 30 millones de euros para plantar 2.500 hectáreas en los próximos cinco años -120.000 almendros anuales-.
El alto precio, que ha llegado a alcanzar los 8 euros por kilo en pepita (pelada), explica el boom que está experimentando el almendro, un producto que ha disparado su demanda tanto en los países emergentes de Asia como en los mercados desarrollados gracias a sus efectos saludables.
Sequía en EEUU. Junto a este aumento de la demanda, la producción de Estados Unidos, primer productor mundial con cerca de 1,4 millones de toneladas, ha registrado una importante disminución por los problemas de sequía registrados en California y la renovación de plantaciones, necesarias cada 20 ó 25 años por el ciclo productivo de este cultivo. España, con 215.000 toneladas, se sitúa como segundo productor por delante de Australia, con 142.000 toneladas. El boom en nuestro país es tal que los precios de los plantones se han disparado de 1,5 a 5 euros. Pese a eso, la demanda en los invernaderos es tal que hay lista de espera por la saturación de pedidos.
La secretaria provincial de UPA Almería, Francisca Iglesias, asegura que "hay riesgo de burbuja, porque se está produciendo un efecto llamada y se está plantando en todos los sitios, tanto en las zonas tradicionales de secano, como en zonas de regadío, pero los productores de toda la vida sabemos que es una cosa puntual, que cuando empiece Estados Unidos a producir fuerte, en el año 2017, el precio bajará".
José Ugarrio, de Asaja, también reconoce que "hay inquietud". Las bajas cotizaciones del cereal está llevando a que en zonas como Castilla-La Mancha se plante almendra y pistacho, fundamentalmente el primero, ya que la inversión es menor y las primeras producciones se logran en 4 años, la mitad de tiempo. "¿Se está equivocando el agricultor?" se pregunta. "Si el mercado es capaz de asumir el aumento de la producción, no, pero en caso contrario los efectos pueden ser catastróficos".
La responsable de UPA Almería, provincia que junto a la de Granada son las primeras productoras del país, denuncia la especulación que se está generando alrededor de este cultivo. La nueva PAC, explica, permite mantener las ayudas que se recibían por cultivos de regadío, de cerca de 1.000 euros por hectárea, frente a los 120 que se paga en el secano, con lo que el trasvase hacia el nuevo cultivo está siendo masivo en zonas como la vega del Guadalquivir, beneficiada además por las mejores condiciones meteorológicas, menos propensas a las heladas. "Con ayudas casi 10 veces mayores y una producción que triplica a la del secano, a los nuevos productores les importa poco si se paga a 8 o a 3 euros. Para ellos es un negocio redondo".
El problema se plantea para las zonas donde siempre se ha dado el cultivo, zonas desfavorecidas en las que no se podía labrar otra cosa. "No quiero ser apocalíptica, pero cuando todos esos almendros empiecen a producir, zonas de Almería y Granada que viven de la almendra lo van a pasar mal".
